lunes, 19 de agosto de 2013

Mi amor de verano

Yo quiero hablaros de mi gran amor de verano, que tuve con 17 años y que recuerdo con cariño (ahora tengo 42). Se llamaba Almudena y era de Madrid. Venía a mi pueblo todos los veranos y teníamos una peña en la que se reunía toda la gente de nuestra edad. En el pueblo, y en verano, todo era divertido, sin horarios, nuestros padres nos dejaban a nuestro aire totalmente… Nos lo pasábamos muy bien.
Almudena era extrovertida, divertida y estaba un poco loca, una locura sana, de esas que te hacen reír. Era la alegría de cada verano. La conocíamos desde pequeña, a ella y a todos los que venían desde otros puntos de España a veranear a nuestro pueblo. Pero ese verano, el de los 17 años, fue en el que Almudena y yo nos descubrimos.
Éramos todos una pandilla unida a pesar de vernos únicamente en los meses de verano. Cuando Almudena llegó el pueblo la encontré más guapa que nunca. Bueno, más bien de repente la observaba de otra forma. Me gustaba cómo se movía, le veía dulce y su locura sana me empezaba a volver loco (de amor) a mí. No tenía mucha experiencia con las chicas, no sabía ligar, mi vida era muy normal, estudiaba y poco más (eran otros tiempos!) pero de repente al verla sentí algo diferente.
Me costó acercarme a ella por esa inexperiencia que os cuento, y también porque ella parecía pasar totalmente de mí. Fue un verano divertido, lo recuerdo tan bonito. Por las tardes al río a bañarnos y después de cenar a la peña, con poca cosa estábamos a gusto, nos reíamos, jugábamos a las cartas, esos veranos fueron los mejores!! Pero aquel terminó siendo único.
Poco a poco pude ir acercándome más a Almudena. Al final, una noche, nos quedamos solos y nos fuimos a dar un paseo. Es todo como muy de cuento, además al recordarlo con los años no sé si he terminado idealizándolo, pero así quedó en mi recuerdo…
Llegamos hasta el río donde solíamos ir a bañarnos por las tardes y nos tumbamos en la hierba. Era una noche perfecta, ¡perfecta! Muchas estrellas en el cielo, temperatura agradable, ella…
Nos besamos y fue precioso. Éramos dos críos y se notaba, inexpertos, ya os digo que eran otros tiempos. Nunca había llegado a tanto con una chica, solo había dado un par de besos sin importancia pero ella era diferente. Al final, terminamos haciendo el amor ahí mismo, fue una noche super especial, la recuerdo con mucho cariño y a ella también.
Pasamos juntos el verano, nos hicimos “novios” pero como pasa en estos casos, y por eso son amores de verano… terminó en cuanto desapareció el calor. Ella se marchó a Madrid, nos mandamos alguna carta pero todo se enfrió. Al verano siguiente volvió, y volvimos a estar juntos, y vuelta a empezar, pero al siguiente ya vino con su novio y todo terminó. Y no pasaba nada, sabíamos que tenía que ser así, no sufrió nadie, al revés, fue todo natural y bonito. Hombre, reconozco que algo me pellizcó por dentro cuando la vi con él, pero sabía que lo nuestro no era un amor duradero. Pero sí el más bonito, al menos, para mí.